El Monotipo, es considerado como un grabado, pero desde un punto de vista poco ortodoxo. Se halla a medio camino entre el grabado y la pintura, y su proceso consiste en dibujar o pintar directamente sobre una superficie (plancha, metacrilato...) para a continuación plasmar el resultado sobre papel mediante la estampación de dicha matriz, bien de forma manual o utilizando el tórculo.
Digamos que no entra dentro del grabado ni de los sistemas de estampación, porque no cumple con el requisito fundamental de los mismos, que es conseguir de una plancha una serie de estampaciones iguales. Sin embargo, es una técnica de impresión, que da lugar a una sola estampación, una obra única sobre papel, de ahí su nombre, siendo una técnica de expresión con infinidad de posibilidades.
Su fórmula ha sido practicada desde muy antiguo. Uno de los primeros artistas en trabajar intensamente el monotipo, fué Giovanni Benedetto Castiglione (1616-1670), sin que lograra pese a la cantidad de sus trabajos, difundir la técnica entre los artistas de entonces. A partir de él, con más o menos profusión, otros artistas han trabajado el monotipo, como por ejemplo Degas, Gauguin, Matisse, Chagall , Picasso, entre otros.